En vista de los cambios que existen en la actualidad en el mundo laboral, son distintos los desafíos que se avecinan, ya sea por los avances en los avances tecnológicos o por la incertidumbre que supone el contexto que afecta un determinado periodo de tiempo a la sociedad.
Lo anterior, ha dado pie a fenómenos que siguen siendo problemáticos para la calidad de vida de los trabajadores y que afecta a la productividad de las empresas, como por ejemplo el desarrollo de trabajos precarios, un escenario de competitividad cambiante e incierto, lo que ha generado que se tomen medidas que en ocasiones resultan medidas paliativas, como por ejemplo oportunidades diversas y flexibles de desarrollo laboral.
Bajo estas premisas, algunos grupos se han debido enfrentar a barreras u obstáculos que afectan el acceso y el desarrollo laboral, siendo sectores afectados de manera notoria por ejemplo las personas con discapacidad y las mujeres.
Esta situación cobra más relevancia si tomamos en consideración estudios como el establecido por el Foro Económico Mundial, denominado The Future of Jobs Report 2020, que anticipa que para 2025, 85 millones de trabajos puede ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas, mientras que por contraparte, 97 millones pueden surgir de acuerdo a la adaptación a los nuevos contextos en el mundo del trabajo.
Junto con este dato, se suma el escenario existente en Latinoamérica, en donde preocupa lo informado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la cual destaca que la tasa de desocupación juvenil como “preocupante”, al tener una tasa que triplica la de la población adulta, sin contar la precariedad de los trabajos. Incluso, son las mujeres las que están más expuestas al empleo informal que los hombres, en más del 75% de los países de Latinoamérica.
Prueba de lo anterior es lo ocurrido en Chile, en donde el papel de los programas y servicios de orientación profesional tienen relevancia, pero cuentan con un campo limitado, cuyo objetivo central es el de apoyar la colocación laboral, sin considerar la dimensión de orientación con perspectiva de género e inclusiva. Para tener un dato, en el país, los hombres alcanzan el 96,7% de participación laboral, reflejando elevadas probabilidades de emplearse, mientras que el de las mujeres alcanza un 81,5%. Además, se anticipan cambios (sea transformación y/o desaparición) en el 34% de los puestos de trabajo, los que en su mayoría son ocupados por los trabajadores más vulnerables.
Relevancia de los Centros de Formación Técnica
Ante este escenario, los Centros de Formación Técnica, cobran importancia, considerando que su función central es la de “formar técnicos, capaces de contribuir al desarrollo de los distintos sectores sociales y productivos del país” (Ley 21.091). En datos duros, representan el 10,1 % del total de la matrícula de Educación Superior en Chile, lo que se traduce en 131.758 estudiantes, con una variación del -2 entre 2021-2022 (SIES, 2022). De estos, los estudiantes con discapacidad en pregrado en este tipo de instituciones responden a un 0,98% de la matrícula general, duplicando a las universidades.
Por su parte, en aspectos de género, en 2021 el 57,6% fueron mujeres, siendo la cifra más alta del sistema en Chile (SIES 2022). Ambos datos reflejan un campo de oportunidad para diseñar e implementar acciones formativas específicas, que estén asociadas a empleabilidad en estos centros educativos, idealmente adaptadas a la realidad territorial de las distintas regiones y con especial énfasis en ambos grupos.
Problemáticas de la propuesta
Al considerar el panorama nacional e internacional, y las recomendaciones de expertos e instituciones respecto de la importancia del abordaje de la empleabilidad desde las instituciones educativas, y al observar algunas cifras del CFT ST, como el importante porcentaje de egresados/as que no se sienten bien preparados para enfrentar el mundo laboral, o las carreras con tasas de empleo que requieren apoyos adicionales para fortalecer su inserción al trabajo, emerge de manera evidente la necesidad de robustecer la preparación para la vida laboral (inserción y desempeño profesional) a través de promover el desarrollo de competencias de empleabilidad, con programas de orientación profesional y emprendimiento, con perspectiva de género e inclusión de personas con discapacidad, a través de iniciativas formativas que permitan, desde una etapa temprana del ciclo de vida del estudiante, acompañen a estudiantes y egresados/as, poniendo especial énfasis en aquellos grupos con mayores barreras de inserción y desarrollo laboral, como son las mujeres y personas con discapacidad. Se busca que las iniciativas formativas alcancen de forma escalable a las 22 sedes a lo largo de Chile, en sus 34 carreras y a las últimas cuatro cohortes de egresados/as, lo que equivale a un total de 70.098 posibles beneficiarios de los programas.
Relacionado a lo anterior, si bien el CFT ST cuenta con un marco normativo y políticas institucionales (por ejemplo, Plan Estratégico y Política de Relacionamiento con egresados/as), que buscan fortalecer las competencias de empleabilidad y emprendimiento de los y las estudiantes y egresados/as, y existen diferentes áreas, como la Dirección de Asuntos Estudiantiles, la Dirección de Experiencia de Estudiantes y Egresados/as, la Coordinación de Inclusión, la Dirección de Programas transversales y empleabilidad, entre otras, que realizan iniciativas que tributan, de alguna manera, al fortalecimiento de las competencias de empleabilidad y emprendimiento, no existe un modelo de gestión de empleabilidad institucional del CFT ST que oriente el diseño, implementación y evaluación de las acciones formativas realizadas, darles continuidad, mayor alcance, estabilidad e identidad, y permita integrar y coordinar las diferentes áreas en pos de una visión y objetivos comunes, incluyendo el fortalecimiento de la vinculación con el sector productivo y empleadores.
Contar con un modelo de gestión de la empleabilidad, institucional, con perspectiva de género y acceso y diseño universal, permitiría orientar los diferentes programas y acciones formativas con una mirada integral, promoviendo una mayor relación entre lo curricular y extracurricular, además de potenciar la relación entre los diferentes actores claves, como son estudiantes, egresados/as y empleadores, pudiendo ser un aporte al sistema de educación técnico profesional en Chile.
Objetivos del proyecto
El proyecto: Fortalecimiento del desarrollo de competencias de empleabilidad para la mejora de la inserción y desempeño profesional de estudiantes y egresados y egresadas con perspectiva de género e inclusión, tiene como objetivo principal el Fortalecer el desarrollo de competencias de empleabilidad, a través de programas de orientación profesional y emprendimiento, durante todo el ciclo vida estudiantil, que mejoren la inserción y desempeño profesional de estudiantes y egresados/as, por medio de la implementación de un modelo de gestión de empleabilidad que facilite la articulación e integración institucional, curricular y extracurricular, para el diseño de acciones formativas que sean inclusivas, escalables y con perspectiva de género, posicionando al CFT ST como referente nacional de buenas prácticas en empleabilidad.
Para conocer el proyecto en profundidad, te invitamos a revisar los objetivos.
A quiénes está dirigido
El proyecto « tiene como público objetivo estudiantes y egresados/as del Centro de Formación Técnica Santo Tomás, en especial a los grupos afectados al momento de inserción laboral como lo son las mujeres y personas en situación de discapacidad en distintas macrozonas del país.